Después de muchas penurias y zozobra innecesaria, Panamá recibe con alegría la medalla de oro de Saladino en los Juegos Panamericanos. La verdad me alegro mucho por el y su familia que seguro han hecho muchos sacrificios por llegar a este momento.
Pensar que su participación y la del resto de nuestra selección estuvo en veremos porque unos señores egoístas no se ponen de acuerdo y prefieren que el deporte, al que supuestamente representan se vea perjudicado antes de deponer sus intereses personales. No puedo menos que repudiar desde este espacio a los miembros del Comité Olímpico de Panamá (los dos: el «original» y el «brujo») que nos han hecho pasar la vergüenza internacional de tener que llorar para poder izar nuestra bandera en los Juegos Panamericanos.
En fin, me alegro por Saladino y el resto de los atletas. Ojalá con esto se reviva el apoyo al deporte por parte de la empresa privada y el Estado que seguro hay más Saladinos esperando su oportunidad.